[...] Y dejó pasar su tren, se quedó sentada en el banco de aquella oscura estación, sola. Todos se habían marchado, cada uno en busca de su destino, de su lugar. Quizás ella no supo afrontarlo, quizás fue miedo, no se, ni ella lo sabe, pero dejó que se fuera. Y el mismo tren nunca vuelve a pasar. [...]
Y el tiempo pasa, y ella sigue ahí sentada, esperando, buscando..
Hoy tocó gimnasio.. el spinning mató. Puede que el final de una clase sea como un orgasmo, quien sabe!